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Las batallas de Murcia descritas en los documentos

Tres documentos fundamentales hacen relación directa de las batallas que se produjeron en el entorno de Murcia por efecto del sitio al que fue sometida por los austracistas: por un lado el acta capitular escrita ese mismo día; por otro, la célebre Comunicación dirigida por los Inquisidores de Murcia don Alfonso Rosado y don Jacinto de Arana al Inquisidor General en 16 de noviembre de 1706, que resume todos los acontecimientos producidos en Murcia y su entorno durante ese crítico verano de 1706. Pero, sin duda, el más valioso es la Puntual y verídica relación de los sucesos de nuestras armas en el campo de Orihuela que sintetiza toda la campaña en territorio murciano desde la salida de Orihuela el 26 de agosto hasta su regreso el 6 de septiembre.

En la actas capitulares del Concejo de Murcia -tal y como se denominaba al Ayuntamiento antes de las reforma liberal del siglo XIX- figuran páginas y páginas que describen los preparativos de la ciudad para guerra, a partir de finales de junio con la llegada de las primeras milicias y la formación de las propias de la ciudad y la huerta. Leer sus páginas es un continuo de preparativos y resolución de conflictos y situaciones extraordinarias producto del acantonamiento de las milicias y la consiguiente Batalla del Huerto de las Bombas. Se trata de una entrada fechada el mismo día de la batalla, el 4 de septiembre y escrita por la tarde-noche y dice: 

Que en el día de hoy, al amanecer, hizo movimiento el henemigo con más de seis mill hombres, la mayor parte Yngleses, marchando para esta Ziudad con algunas piezas de artillería y puente de madera para el pasaje, por las cortaduras y azequias de la huerta prevenidos para impedirles el paso y que haviendose avistado a la casa que llaman de las bombas, distante desta poblazión medio quarto de legua, y abanzando a ella haziendo fuego, y hechando granadas, con el ánimo de apoderarse della, como en efecto lo hubiera logrado a no haverlo con gran valor la infantería que estava de guarnición en dicha casa, y socorro de los naturales que ocurrió para este lanze, obligándoles a hazer fuga que executaron con perdida de más de quatrocientos hombres, heridos y muertos; y entre ellos algunos ofiziales y dos Coroneles. Cuyo feliz suzeso se ha zelebrado”.

La Comunicación dirigida por los Inquisidores de Murcia don Alfonso Rosado y don Jacinto de Arana al Inquisidor General en 16 de noviembre de 1706 dice así:

«Obedeciendo a V. I. decimos que con motivo de la pérdida de Cartagena, el día 24 de junio por la sublevación de sus vecinos e inteligencia de don Luis Manuel, cuatralbo que fue de las galeras de España y el marqués de Rafal, gobernador de Orihuela, pedimos auxilios de Andalucía de dinero y gente. Por eso partió el Inquisidor licenciado don Jacinto de Arana y en diez días logró traer 58.000 reales, y después enviaron el Obispo y Cabildo de Jaén 500 doblones y siendo la primera compañía de infantería que entró en esta ciudad.

«Con estos esfuerzos de Andalucía se empezó a fortificar esta ciudad para una regular defensa, trabajando en observar los movimientos de Cartagena con partidas que se enviaban a aquel campo, y otras hacia Orihuela, que hizo proclamar en aquella ciudad y lugares de su gobierno al Sr. Archiduque, en el mes de julio. Luego que se perdió Orihuela, el marqués de Rafal con algunos regimientos de ingleses y valencianos se acercó al lugar de  Beniel, sito en esta huerta, que se hallaba con cerca de 1.000 infantes de guarnición; y aunque los resistieron tres veces, hubieron de ceder y se entregaron prisioneros de guerra, cuyos oficiales los pasó después el marqués de Rafal al castillo de Alicante, y quemaron todo el lugar de Beniel. Al mismo tiempo, se puso sitio a Alicante por la armada inglesa, en número de 54 navíos de guerra; defendióse la ciudad 8 días y la tomaron los ingleses al fin, saqueándola sin reservar los templos.

«Dos días antes de entregarse el castillo de Alicante, vino sobre Murcia el cuatralbo don Luis Manuel con 6.000 hombres infantes y 1.000 caballos y 9 piezas de artillería, cinco de batir y 4 de campaña, por la vía de Orihuela donde tomó dos regimientos de ingleses y 1 de caballería que le dio el marqués de Rafal; y sin embargo de que nuestras tropas estaban de cordón a la raya de la jurisdicción, hubieron de retirarse a esta ciudad por ser inferiores en número y calidad. 

«El viernes 27 de agosto, llegó el enemigo a Espinardo, un cuarto de legua distante de aquí, donde sentó su campo. El domingo fueron los enemigos a saquear a la villa de Molina, y este día se trabajó por los nuestros en soltar las aguas de las acequias para inundar la huerta, que se logró dejando solo seco el camino real de Espinardo. y considerando este daño los enemigos y que se les hacía muy difícil la entrada, por el pantano total del terreno, pasaron a cortar la contraparada de esta río Segura para con esto quitar el agua de las acequias y soltar todo el río por la madre común; y lo ejecutaron así el martes. Habiendo tenido conferencia el Obispo con el brigadier don Pedro Arias Ozores y don Antonio Manso, teniente coronel del regimiento de Granada y Mayor general de esta plaza, fueron de dictamen que era imposible el defenderse, y protestaron al obispo que debía salirse de Murcia luego, así porque siendo Capitán general, era contra todo estilo mantenerse en plaza sitiada, como por el odio que tenían los enemigos a su persona. Por esto, y tener orden de su Magestad para no exponerse a ser prisionero, resolvió el salirse el jueves (2 de septiembre) por la mañana para Lorca. La ciudad recibió el 2º Regimiento de veteranos de Granada, 500 hombres de socorro de Totana, Alhama y Librilla y compañías de infantería y 1 de caballería, que no logró llegar porque el sábado 4 de septiembre, por faltar a los enemigos el agua como dejaron en seco las acequias, resolvieron el avanzar a Murcia, batiendo primero con su artillería la Casa de las Bombas, que era el primer punto avanzado donde estaba el regimiento del brigadier Ozores; los nuestros les hicieron gran fuego de granadas y con la fusilería, desbaratando un regimiento de ingleses; y, al mismo tiempo, la gente de la huerta como prácticas de terreno, en número de 60 hombres, les hizo una emboscada y dándoles una descarga los cortaron haciéndoles retirar con tal terror que se volvieron a Espinardo y la noche del mismo día se fueron a Orihuela, habiendo perdido más de 200 hombres arreglados que quedaron muertos y mas de 300 heridos».

Las verídicas relaciones eran como las actuales declaraciones juradas actuales. Se trataban de documentos emitidos por alguna autoridad protagonista, de forma que quedara constancia de lo narrado. Su uso era muy habitual. Acompaña a este texto una verídica relación contemporánea publicada por el mismo impresor. En 2007, el investigador D. Bernabé Gil publicó un estudio con la transcripción de una verídica relación que resultó ser un informe detallado y extenso de la campaña austracista; un auténtico tesoro que ha permitido conocer muchos detalles de los días de guerra en Murcia. Reproducimos aquí su transcripción:

«PUNTUAL Y VERÍDICA RELACIÓN DE LOS SUCESOS DE NUESTRAS ARMAS EN EL CAMPO DE ORIHUELA, DESDE 26 DE AGOSTO, HASTA 6 DE SEPTIEMBRE DE 1706. ENBIADA AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR CONDE DE CARDONA, MARQUÉS DE GUADALEST, VIRREY, Y CAPITÁN GENERAL DE LA PRESENTE CIUDAD, Y REYNO DE VALENCIA
«Orihuela 26 de Agosto 1706. Tuvieron Consejo de guerra en esta Ciudad, el Señor Conde de Santa Cruz General de nuestras Tropas, el General de Batalla Don Felipe Valera, los Coroneles Don Antonio Más, Don Joseph Nicolau, Don Diego Rejón, y Alnutt de los Ingleses, Don Antonio Solér, y Don Joseph Rosél, Maestres de Campo de las Tropas de Orihuela; y Killigreno, Mayor de los Dragones Ingleses. Y conformes resolvieron, que se devía salir de aquella Plaça con las Tropas, introduziéndolas en Pays enemigo, por la derecha de el Rio, marchando por Monteagudo, á acamparse en Espinardo; y passando desde aquí á apoderarse del Azuda, para cortar el Agua al Enemigo, y atacar á Murcia, por donde pareciesse mas conveniente: esto assí resuelto se dispuso, y executó la marcha de esta tarde, saliendo á acamparse á San Francisco, donde el General Valera formó el Campo, en el modo siguiente.

«Tenía la derecha con su Caballería, el Coronel Más, y más al centro el cuerpo de sus desmontados, mandado por el Coronel Nicoláu. La izquierda ocupavan los Dragones Ingleses; y mas al centro, el Coronel Alnutt con su Regimiento; y inmediato á este en el centro, el Regimiento de Nicoláu, y á su derecha el de Rejón, que mandava el centro. A la Retaguardia de este marchava la Artillería, que se componía de siete Cañones, y un Mortero de Granadas Reales; y á sus costados formavan la segunda línea, la Tropas de Orihuela, y su Gobernación, y el Campo de Cartagena, á que seguía el Vagaje. En esta forma dispuesto, se empeçó la marcha á media noche, y amaneciendo el Viernes 27 de Agosto, sobre el Campo de Santomera, se descubrió sobre una Colina, á la Cavallería Enemiga, ocupando el Camino; pero adelantándose la nuestra, se retoró aquella, cediendo la Campaña. Y llegando el Exercito á unas Caserías de dicho Campo, hizo alto por tres horas; prosiguióse la marcha por la derecha de Monteagudo, desde donde hasta Espinardo se llevó siempre á la vista á la Caballeria Enemiga, que siempre se fué retirando hasta Espinardo, á cuya vista se llegó á las seis de la tarde, y se tomó sobre la marcha, ocupándose el Coronel Rejón con Infantería. De su Regimiento, y el de Nicoláu, y los Granaderos de este, y de Alnutt, y un Cañón.

«El Sábado 28 se empeçó la tala, por parte de Espinardo, que mira á Murcia, y todo este día duró el fuego de Fusil, teniendo el Enemigo ocupadas algunas Casas fuertes sobre el camino de Murcia.

«El Domingo 29 se resolvió tomar estas Caserias y se le entregó la facción al Coronel Rejón, que marchó con Infantería de todos los Cuerpos, los Dragones Ingleses, y á sus costados los Granaderos ingleses, y Valencianos, y el Regimiento Inglés de Alnutt, para refuerço (en caso de necessidad). Tomaronse las Casas luego, bolando la más fuerte, á la izquierda de el Camino, y quemando las de la derecha, y resolviendo el Coronel Rejón, tomar la Casa fuerte de Torrepacheco, y proseguir la operación, hasta alojarse en San Diego, marchó ázia Murcia, y halló la Campaña alagada, y intratable el passo, porque el Enemigo havia hechado el agua, por cuya razón se retiró a Espinardo.

«El lunes 30 se imbió un Destacamento de Caballería, y Infantería á tomar la Villa de Molina, como se executó, habiéndola desamparado los Paisanos. Y este mismo dia se resolvió la operación de tomar el Azuda, y correr el agua al Enemigo, para que no pudiesse inundar el Pays, en su defensa; cuya facción se encargó al Coronel Rejón, con 300 Infantes Españoles, dos Esquadrones de Caballería de la de Más, y dos Cañones; marchó á media noche, y cortando en el camino algunos Puentes, por donde el Enemigo podía socorrer la Azuda, amaneció sobre este sitio Martes 31 donde formando sus Tropas en el modo regular, pusso los Cañones sobre la izquierda, en una Colina, donde dominando el passo de el Rio, rechazó á 200 Cavallos Enemigos, que le intentaron, y acometió al Fuerte de el Azuda, donde havia 300 Infantes Enemigos, que después de hora y media de resistencia, le cedieron, y dexando armas, municiones, y víveres, se precipitaron al Rio, donde se hizieron algunos Prisioneros. Y á tomado el Fuerte, se pusso la Artilleria a su costado, guardando el Vado, y se empezó á cortar la Contraparada, con hachas, y barrenos, y atormentado con estos, un fortíssimo madero que la sostení, se le dio fuego con faginas. A las diez de el dia le entró al Coronel Rejón, un refuerço de Caballería, que fue el resto de la de Más, mandada por él mismo: Y pareciendo conveniente, que este Coronel passasse el Rio, con toda su Caballeria, lo executó, buscando a la del Enemigo, que numerosa de mas de 300 Cavallos, ocupava la espalda de una Colina, sobre el Rio; huvo aquí un reenquentro ligero, y retirándose ambos Cuerpos, á ocupar sus terrenos, repasso Más el Rio, y se formó sobre el Fuerte ocupado. A esta hora, que seria de medio día, llegó el Señor Conde de Santa Cruz con los Dragones Ingleses; viendo el General Valera desde Espinardo, donde quedó mandado el Exercito, que salían muchas Tropas, á socorrer al Azuda, imbió un refuerço de 200 hombres de Cartagena, y Orihuela, á cargo de Don Joseph Rosell, que llegó al Azuda á las dos de la tarde, y sobre la marcha tuvo orden del Coronel Rejón, para passar el Rio, y desalojar a los Infantes Enemigos, que ocupando las Colinas sobre él, incomodavan con el fuego continuo, á los que proseguían la operación de quemar la Contraparada; y se empeñó tanto esta Infanteria, que fue necesario, que fuesen a sostenerla los Dragones Ingleses, á quién siguió toda la Caballería, y la mayor parte de la Infantería, y passando el Rio, atacaron al Enemigo, desbaratándole, y poniéndole en precipitada fuga, tomóse en su alcance, el Lugar de Jabalí, sobre la Ribera, y consiguientemente la villa de Alcantarilla, donde los Ingleses se abstuvieron de el saco, porque el Cura salió a recebirlos, con el Santissimo en las manos, desando rendida la Villa, y dispuesta á dar la obediencia; matáronse, hiriéronse, y se hizieron prisioneros muchos de los Enemigos, se apresaron dos Cañones, uno grande de bronze, y otro pequeño de hierro, que se imbiavan de Murcia, para desalojar a Rejón de el Azuda, y con ellos las Galeras de las municiones. Mientras esta operación, prosiguió la quema de la Contraparada, con tan buen efecto, que en seys horas de fuego, se desprendió, y ayudando con Picos, y Zapas, á la violancia (sic) del agua, rompió esta las obras, quedando en seco toda la Huerta, con la baxa de las aguas, y el Enemigo imposibilitado de inundar el Pays. Dióse fuego al Fuerte de el Azuda, y desbaratados los Puentes, se retiraron todas las Tropas á Espinardo, con los Prisioneros, y Cañones Enemigos.

«El miércoles 1 de Setiembre, se imbió un Destacamento á Molina, con muchas Galeras, que volvieron cargadas de Cevada al Campo; y este mismo día entró de Orihuela un Comboy de pan, y municiones de guerra.

«CAMPO DE ESPINARDO

«Sigue el Diario desde el Jueves dia 2 de Setiembre. Este dia resolvieron los Generales passar con las Tropas á la otra, parte de el Rio, y se previno todo lo menesteroso para aderezar los Caminos, y Puentes de las Azequias que hay hasta llegar al vado, por donde havia de passar la Artillería, tren, y Vagaje y se imbiaron los Prisioneros heridos á Murcia, con tal que havian de restituir tres prisioneros que allí tienen en la cárcel, dos Paisanos de el Campo de Cartagena, y un Caballero de esta Ciudad, que les aprisionaron yendo á quitar un Correo que venia de Madrid para el Obispo: Este mismo dia se tuvo noticia como el Obispo, los dos Inquisidores, y algunos Caballeros de Murcia se salieron de aquella Ciudad sin ser sentidos, y se encaminaron á Lorca, y por esta novedad suspendieron la marcha los Generales, con consulta de los demás cabos de las Tropas para passar á la otra parte, y que el Conde de Santa Cruz esriviesse al Cavildo Eclesiástico, y Ciudad de Murcia pidiéndoles la obediencia.

«Viernes dia 3. Al amanecer imbió el Conde un Tambor á Murcia con dos cartas muy cortesanas para la Ciudad, y Cabildo Eclesiástico, previniéndoles que esperaría la respuesta hasta medio día, y que si no le respondían hasta esta hora, tomaría sus medidas, y los Murcianos anduvieron tan atentos, que hasta ahora no han respondido, y esta desatención, y la de no haver imbiado los tres prisioneros dessaçonó algo á los Generales, y demás Cabos, se trató de tomar alguna satisfación, y se deliberó en atacar la Casa de Torrepacheco que está fortificada, y muy cercana de la Ciudad, pero los pareceres fueron varios, y se resolvió el executar la marcha para pasar el Rio, el mismo dia después de media noche, y á las onze se tuvo noticia como el Marqués de Rafal venia la Campo con alguna gente por si se ofrecía hazer alguna operación, asistir en ella, y el referido Marqués á poco más de las onze llegó al Campo, y porque descansasse su gente, se suspendio la marcha hasta la noche siguiente.

«Sabado dia 4. Viendo el General Valera, que las Tropas no marchavan este día, y havian de estar todo el dia ociosos, le pareció bolver á proponer el atacar la Casa de Torrepacbeco, con el fin de que si conseguia tomarla, pudiera ser se abriesse camino para facilitar mas la entrada en Murcia, asegurado de que el terreno estava ya enjuto, y que podía arrimar la Artilleria muy cerca de la Casa para quitarle todas sus defensas, assí de la Casa que la tenían muy bien atronerada, porque es muy capaz, como algunas trincheras que tenian hechas al rededor de ella; pareció al Conde de Santa Cruz al Marqués de Rafal, y á los demás Cabos, que se pusiesse en execución, y el General Valera que es quien mas esforçó este punto, nombró la gente que havia de ir á esta acción de guerra en esta forma: Los Granaderos de el Tercio de Valencia, y de el Regimiento de Ingleses, que unos, y otros harían el número de 45 a 50, con 50 Fusileros de los desmontados de D. Antonio Mas, otros 50 del Regimiento de Valencia, otros 50 del Regimiento de las Galeras, y 50 de le Regimiento de Ingleses á cargo todo este destacamento de un Sargento Mayor Inglés; tres Pieças de Artilleria, una de á 25 y dos de á 10, dos Compañías de Migueletes para que anduviessen adelantados por los costados, y 200 hombres de milicias de las de Orihuela, y campo de Cartagena, también a los costados, lo restante de el Regimiento de Valencia, con su Coronel, y Oficiales, por la derecha, para sostener el destacamento, y socorrerle (si fuere menester) y otro Batallón de Ingleses con el Coronel por la izquierda para el mismo efecto, y de esta manera se marchó hasta llegar á un puerto algo superior, donde el General Valera mandó poner la Artilleria, y hazer alto á la gente, de donde se hazian muy buenos tiros a la Casa. Al Coronel Alnutt Inglés, y al Sargento Mayor de los Dragones, que tambien se hallava allí con 25 Dragones, por no ser capaz el terreno de mas Caballería, les pareció que se divertia el tiempo en cañonear la Casa, y al General Valera le pareció acañonearla más, pero los Ingleses por su gran bizarria dixeron, no es menester mas cañonear, vamos á atacarla; á este tiempo llegó un Capellan del Regimiento de los Blancos, que se havia adelantado algo, y dixo avançar, avançar, que los enemigos se huyen, y no queda nadie en la Casa, y á esta voz se movieron los Ingleses, y á 60 passos antes de llegar á la Casa, se encontró el terreno muy lleno de agua, porque aunque se les havia quitado la de la Azuda, en la Azequia grande que llaman, havian hecho grandes paradas, y la tenían de reserva muy llena, y la soltaron, y alargaron todo el terreno al rededor de la Casa, por partes mas de 100 passos, y por algunas á 60 el General Valera hizo que los Ingleses por un desfiladero se avançaran al ataque, y se reconoció en la Casa gran fuerça de gente en el fuego que hizieron, y llegaron nuestros Ingleses, y Españoles hasta meterles los Fusiles por las Troneras, y el fuego de los enemigos fue tan grande, y de terreno tan estrecho, que no pudieron passar los dos Regimientos por los costados, y assí fue preciso ceder, y retirarse con la pérdida de 31 Inglés, y cerca de 40 heridos, de los Españoles hasta los 10 muertos, y entre ellos un Capitán del regimiento de Valencia, llamado Don Luis Fortét; el Coronel, y el Capitán de Granaderos heridos, y onze soldados mas de este mismo Regimiento, y de el de Antonio Mas, y el de las Galeras un muerto, y nueve heridos, la herida del Coronel, es en un muslo, y no es de cuidado, la de su Capitán de Granaderos es mas grave; aunque la Artillería se avançó muy cerca de la Casa, no pudo disparar mucho porque nuestra Infantería estava delante, y fue precisso el retirarse con la perdida referida, y con sentimiento de no haverse podido lograr la intención. Esta misma noche desertó un Artillero, que se hallava en la Casa fuerte, donde tambien tenían un Cañonsillo, y dos Pedreros, y dixo, que en la Casa estavan 300 Soldados veteranos de el Regimiento de Granada, con el Coronel, y todos sus Oficiales, y que si nosotros no huvieramos atacado la Casa, sino acañoneado, la huvieran desamparado, porque estavan en esta resolución, y de donde se puso últimamente la Artillería sosteniéndola la Infantería, se huviera logrado el derribar la Casa, y el intento de tomarla, pero los accidentes son tan varios, que en estas operaciones difícilmente se pueden prevenir, pues aquella misma noche assegura el Artillero Desertor; que los 150 hombres restantes de el Regimiento de Granada, llegaron a Murcia de socorro, y por la mañana temiéndose ellos el que les haviamos de atacar la Casa, y reconocido de mas el movimiento de nuestra gente, metieron en la Casa los 150 hombres complemento á 300 de que se compone todo el Regimiento, y dixo el Artillero que por las balas que havian entrado por las Tronera, havian muerto á algunos, y heridos á muchos.

«Domingo dia 5. Se resolvió marchar la misma mañana con las Tropas para Orihuela, para passar á la otra parte del Rio, porque el Vado de el Azuda para yr á Alcantarilla, se havia imposibilitado, por haver crecido las aguas; y con esta ocasión, se traxeron todos los heridos á Orihuela, en donde se les asisste muy bien, y se ha reconocido, no haver entre ellos mas que uno ó dos de peligro.

«Lunes dia 6. El Conde de Santa Cruz, y el Coronel Alnutt, del Regimiento de Ingleses, passaron á Alicante, para solicitar el traer alguna gente mas y se esperan en Orihuela, en todo el dia 8 para marchar el dia 9 para volverse a poner delante de Murcia, por la otra parte del Rio.

«Han llegado á Orihuela 100 Ingleses de los que quedaron enfermos en Cartagena, de el Regimiento de Alnutt, y se han incorporado con su mismo Regimiento«.

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