| Historia

Medalla para celebrar la entrada de Felipe V en Madrid

La afirmación del poder político mediante la emisión de monedas y medallas es tan antigua como su acuñación siglos antes de Cristo. Con el tiempo se unió la pintura y la imprenta en ese ejercicio del poder y su propaganda; abajo nos lo explica el  historiador D. Sergio Belmonte. En ese sentido, traemos esta medalla que fue acuñada para celebrar, recordar y conmemorar la entrada de Felipe V en Madrid el 14 de abril de 1701.

En la orla del anverso puede leerse «PHILIPPO•V•COD•CAR•II•HISP•IND&C•REGI•CAT•A•LUD•XIV•APPROB•». Y en el cuartel inferior del reverso: «FELICIBUS AUSPICIIS CONGRATULANTE IBERO PHIL•V•HISP•R•C•MADRITUM INGREDITUR• XIVº•CAL•MARTY Aº• MDCCI.

En el cuartel del anverso se puede apreciar a una mujer que representa a España, simbolizada por la monarquía (corona y cetro), que sostiene un globo terráqueo que creemos que evoca los dominios en ambos hemisferios. Junto a ella, a su derecha, la cornucopia de las riquezas de los mismos; y a su izquierda, a quien dirige su mirada, un busto de Felipe V, ubicado sobre un altar con las armas reales y el mote «PLUS ULTRA». Ese conjunto está franqueado por las columnas de Hércules e iluminado por el Sol en una clarísima alusión a Luis XIV.

En el cuartel del reverso se lee “DIVISUM NON DISSECTUM” [“Dividida, no despiezada”] como exigía el testamento de Carlos II. Un granado, símbolo de la unidad de la Monarquía (agrupa muchos reinos representados por los granos), sobre el que cuelga el vellocino del Toison, se asoma a la bahía de “Gibraltar”, según se infiere de la leyenda.

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